jueves, 23 de junio de 2011

Historias de un bandarra

Foto realizada por: Loles Martínez López
Corría un 20 de junio de 2011 cuando mi perronchito Charlie se dejaba seducir por las calles murcianas, y con su ternura iba camelándose a los transeúntes y enamorando a todo aquel que se paraba con intención de acariciar esa cabecita amanzanada de terciopelo. Dos días después, muchos son los piropos que se han deslizado por mi bandarra, siendo la admiración en parques y calles. La gente es muy amable, y expresan con simpatía su fascinación por el salero y donaire de mi cachorro. A pocos centímetros del suelo, Charlie garbea con chispa, y agradece las muestras de cariño de todo el mundo con su simpatía habitual y un encanto arrollador. A todos esos perros guardianes de raza que me encuentro a diario en mis paseos, robustos y enérgicos, les brindo mi fascinación porque veo una ternura en sus ojos, la delicadeza en sus movimientos y la suavidad al acercarse al perronchito, demostrando que son bondadosos. Aunque a mi pequeñajo le salta la alarma, y el pánico y el canguelo se apoderan de su organismo. Y a todas esas personas que me han brindado su cordialidad, su sencillez y afecto, GRACIAS, muchas gracias...

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