Bello el perronchito on the beach. El peludo despierta a las trastadas con sus cuatro meses y medio. Eso sí, es un trozo de pan, y en nuestros paseos variopintos nos detenemos constantemente para recibir los piropos de las masas por su galantería y reducido tamaño. Charlie garbea por las calles como una aspiradora, olisqueando su nuevo mundo y jugando con todos los canes se encuentra por el camino. Le da igual que su compañero de juegos pese 3 kg. que 30 kg. Se come las hojas, corre detrás de cualquier insecto volador que se cruce en su mirada, ladra tímidamente a las bicis, se tira al suelo a jugar como si no hubiese un mañana...se revuelca, salta, observa atentamente a las hormigas, corretea...una risa verlo.
Es una criatura bella sin vanidad, fuerte sin insolencia, valiente sin ferocidad y tiene todas las virtudes del hombre y ninguno de sus defectos.
Por Loles Martínez López
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