Este sabático mes de agosto se quiebra con tres madrugones esta semana. Vamos a cortar unos flecos laborales y más adelante ya tendremos a cambio algunos días de asueto.
La verdad es que tres mañanas tampoco supone tanto esfuerzo, pero psicológicamente hace mella, es como recordar que las vacaciones se terminan, y que de la mano de septiembre llegará el llamado síndrome post-vacacional.
No obstante, me lo voy a tomar con filosofía, ya que después de estos 'diítas' sigo teniendo casi otras dos semanas de descanso, con sus piscolabis, sus bañitos, running con el fresco mañanero y placenteras excursiones.
Así que ahora toca hacer gestiones, llamadas y adelantar papeleo, que por el aspecto que presenta mi mesa, veo que no todo el mundo está descansando en la playa. Esto va a ser cosa de la crisis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario