Esta mañana me he dado cuenta de que el duro invierno (si es que alguna vez lo tuvimos) ha terminado. Es lo que tiene acercarse al Mediterráneo, un día tenemos frío siberiano, y a las tres horas los urbanitas en tirantes, pasean orgullosos su lechosidad invernal. Esto suele coincidir con el Carnaval, lo que facilita bastante la combinación tan dura de complementos. Debería estar prohibido conjuntar unas botas de pelillo por dentro con una camiseta de tirantes.
Estéticamente infumable. Pero está ocurriendo. Combinar un conjunto con armonía queda para los selectos que aguantan con heroicidad la estación en la que se encuentran sin mezclar indumentarias de diferentes temporadas.
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No es criticable, porque el clima obliga a esto y más. No podemos estar a 0º y de repente ¡zasca, en toda la boca! 30 gradazos al sol. Por las mañanas, de camino al trabajo pongo la calefacción, a mediodía el aire acondicionado y por la tarde...por la tarde mejor bajo la ventanilla...
Quien quiera que lo aguante.
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