Se acerca el primer domingo de mayo, día de la madre. Para mi gusto, el día más entrañable del año.
Mi madre es una persona muy especial que ocupa el cien por cien de mi corazón. Unos insignificantes kilómetros nos separan, pero mi corazón está siempre con ella.
Oír a mi madre es la alegría del día, una inyección de serenidad, despreocupación y felicidad. Es la única persona del mundo que me hace sentir como si yo fuese especial. Sus abrazos me alientan, me fortalecen, son instantes de bienestar infinito.
La mejor madre del mundo es la mía. Esto es así, y no hay vuelta de hoja.
Un "te quiero mamá" se me queda muy, muy corto. Un "te adoro mamá con toda mi alma" ya se va acercando un poco a la realidad.
El amor de mi madre no tiene precio.
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