Nuevamente lunes. En una semana llegará el mes de julio y la jornada intensiva. Los madrugones rozarán un nivel de importante a muy importante, pero podremos disfrutar de un rato de #sofátime después de la manduca.
Con las altas temperaturas, el cuerpo se ralentiza y pide a gritos unas vacaciones. Y por eso este año, he decidido escuchar el recurso de súplica y concederme el mes de agosto íntegro.
31 días de descanso, donde el objetivo principal será desconectar por completo y procurar calmar la mente de tanto estrés diario. Durante el año batallamos contra el cansancio y la rutina, forzamos la máquina y pasamos por encima del agotamiento y la ansiedad, y esto a la larga pasa factura.
Necesito unas buenas vacaciones, y este año tengo intención de disfrutarlas.
Queda dicho. Esperando a San Agosto.
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