Virutas AEMET

Hay una época del año, y no hablo del carnaval, en la que todos nos disfrazamos. Es la llamada primavera, que la sangre altera... De un día a otro cambiamos la ropa de invierno por un obligado telarillo, por aquello de no airear las vergüenzas, intentando evitar el efecto devastador de Lorenzo "el justiciero". 

Me voy a dormir en "modo plof", arrastrándome por los rincones debido al calor asfixiante (de 40º a 45º), pero con la serena calma de la oscuridad, pensando que lo peor ya ha pasado...y la noche me sorprende superando con creces el sofocón diurno. Con estas temperaturas no se puede pernoctar, a no ser que decidas dormir bajo el frío intenso y penetrante del aire acondicionado y despertar como Robocop, lo cual tampoco me agrada, y a mis músculos y cuello mucho menos.

No nos queda otra que sufrir este tiempo loco y disfrazarnos con unas divinas chanclas agosteras, combinadas con un paraguas, o bien una camiseta de tirantes monísima con una buena chaqueta de lana ¡toma ya!...el tiempo decide. Eso sí, siempre combinado todo con mucho glamour...